CUENTO INFANTIL · A partir 8 años

Pisco y el Contramaestre Diente de Oro

Anaya, Colección El Duende Verde, 2008. Ilustraciones de Javier Vázquez

Continúan las aventuras de Pisco, tras su viaje a la Isla de las Plantas Carnívoras. Esta vez Pisco tendrá que enfrentarse, junto al Capitán Caimán, Marisa del Cerro y la Pirata Malasangre, con los peligrosos Diente Negro y su primo Diente de Oro, cuyo tiburón Dentón les causará más de un dolor de cabeza. Además, conoceremos el verdadero nombre del Capitán, y sabremos por qué es el principal sospechoso del misterioso asesinato del Vizconde de San Esteban, que le puede costar la horca.

Carta al lector

Queridos lectores:

Leyendo este nuevo libro de Pisco, continuación de Pisco y la isla de las Plantas Carnívoras, os enteraréis de algunas cosas que hasta ahora eran secretas, como, por ejemplo, de cuál es el verdadero nombre del Capitán Caimán, o de por qué es el principal sospechoso del asesinato del Vizconde de San Esteban.

Otra vez es Margarita quien cuenta la historia a Pisco y a Anita, aunque esta vez lo hace mediante una grabadora, porque está afónica. ¿Habéis oído alguna vez vuestra voz en una grabadora? ¿Verdad que no parece la vuestra? Cuando yo oigo la mía, me parece que es la de mi hermano Pablo. El mundo está lleno de cosas curiosas, y por eso a mí me gusta mucho. Claro que también hay muchas cosas malas que no me gustan nada. Por ejemplo, las batallas, que ni siquiera le gustan al Almirante Mar de Fondo, y eso que él es un militar. ¿Y sabéis en que se parecen las cosas buenas a las malas? En que también se acaban… Que las cosas malas se acaben es bueno; en cambio, que las cosas buenas se acaben es malo. ¡Paradojas de la vida! Y en cuanto a esta carta… ¡Es bueno que acabe de una vez, pues así ya puede empezar Pisco y el Contramaestre Diente de Oro, víboras y escorpiones!

Primera página

Cap. I ¿Margarita puede enfadarse?

Hacía un día de perros, llovía sin parar. Un día perfecto para leer, siempre que no se fuera la luz. Pero a Pisco y Anita no les apetecía leer: aguardaban impacientes a Margarita, que les había prometido relatarles la continuación de Pisco y la Isla de las Plantas Carnívoras. Sonó el timbre. Sus padres se despidieron, y entró Margarita.

-¡Hola, Margarita!

Pero su canguro, en lugar de responder, se fue andando muy deprisa por el pasillo. Pisco y Anita se miraron desconcertados.

-¿Eztá enfadada? –preguntó Anita.

-¿Tú crees que Margarita puede enfadarse?

Últimamente, a Pisco le gustaba responder con preguntas.

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